«La mayoría de las personas siempre lo han tenido difícil.
Fueron niños difíciles, con un padre, una tía (¡ay, las tías!) o una hermana difíciles (ya el parto fue difícil y difícil el embarazo). Crecieron en un entorno difícil de circunstancias difíciles; los internaron en un colegio difícil con compañeros difíciles. La época parecía difícil (a pesar de la nostalgia con que algunos la contemplan en la lejanía), la edad difícil y cada momento de esta vida difícil más difícil todavía.
¡Si hasta los chicos o las chicas que parecían fáciles les resultaron difíciles!
Se echaron un novio o una novia difícil, que venía de una familia difícil. Si lo consiguieron, el trabajo fue difícil, el jefe difícil, en circunstancias laborales, económicas, políticas, familiares y personales que se volvieron progresivamente difíciles (ahora a lo difícil lo llamamos "complicado", pero sigue siendo difícil): los horarios eran difíciles, pagar la hipoteca difícil, los niños difíciles, el ex o la ex muy difícil, toda aventura difícil...
Cuando no lo eran, con tanta práctica, convirtieron en difíciles las cosas fáciles.
¡Hasta respirar para ellos, los difíciles, ha sido y será perpetuamente difícil!
Otros, por el contrario, lo han tenido siempre fácyl. Tan fácyl que incluso cuando desaparezcan un día, les resultará fácyl. Así da gusto.
El dinero, por supuesto, la influencia y la buena coyuntura tienen mucho que ver con lo fácil y con su ausencia (lo difícil). La pasta y otras capacidades vuelven fácil lo difícil.
El PAN no es fácil, precisamente por su simpleza y por lo que llevamos dicho: el PAN es difícil. Hacer un buen PAN es muy, muy difícil.
Este PAN de 2015 rinde homenaje a los difíciles, a los que siempre tuvieron el viento en su contra, a quienes, braceando en el mar (o la charca) de lo difícil, pretendieron con su empeño, acaso de manera inútil y, por supuesto, incomprendida, que no todo fuera difícil; que al menos alguna brizna (abrir una ventana, un paseo a la vera del agua, saborear un helado en el puerto...) fuera, por fin y de manera definitiva (¡qué ingenuidad la de los difíciles!), algo fácil.»